Al final del día, la clave para el éxito de un hijo, es la participación positiva de los padres.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno mental que comprende una combinación de problemas persistentes, como dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva.
El TDAH en los adultos puede llevar a relaciones inestables, mal desempeño en el trabajo o en la escuela, baja autoestima y otros problemas.
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que se caracteriza por un deterioro en la capacidad de reconocer palabras, lectura lenta e insegura y escasa comprensión.
Este trastorno del neurodesarrollo se calcula que afecta aproximadamente a uno de cada diez niños provocando fracaso escolar. Para hacer frente a esta situación y mejorar el aprendizaje es necesario detectar el trastorno de forma precoz.
La hiperactividad a un comportamiento que se caracteriza por la actividad excesiva y fuera de lo normal. Se trata de un trastorno de la conducta infantil que lleva al niño a no poder quedarse quieto.
Este trastorno, no solamente aqueja al niño durante las horas en las que se encuentra despierto, sino que también lo hace durante la etapa de sueño, manteniéndolo en permanente actividad.
Muchos niños presentan a diario problemas de comportamiento con sus iguales (compañeros de clase, amigos, etc) o con sus educadores (padres, maestros, mentores). Muchos de estos problemas son leves o pasajeros y fruto de situaciones particulares que se dan a diario en los hogares o las escuelas.
Pero cuando estas dificultades, situaciones o comportamientos se dan con una intención clara, continuada y persistente por parte del niño a no obedecer, cuando estos problemas de conducta de agravan, se intensifican y aparecen a diario es cuando es necesario valorar la aparición de un trastorno.
Este trastorno hace referencia a un desarrollo de todos los niveles del lenguaje más lento de lo normal, y afecta en primer lugar a la expresión (pronuncia mal ciertas letras o las omite, utiliza frases cortas y sencillas) y en menor medida, a la comprensión.
El trastorno del lenguaje se refiere a problemas como:
Uno de los hitos más relevantes en la infancia es la adquisición de la lectura y la escritura. Es esencial para ello que exista un proceso de enseñanza-aprendizaje adecuado. No obstante hay niños que presentan problemas en estos ámbitos.
Antes de expresar que un niño muestra alteraciones en la lectoescritura, hay que descartar que padezca alteraciones en la visión o en la audición, que no tenga problemas físicos que puedan interferir en la lectura, ausencia de desórdenes emocionales o neurológicos y un C.I. normal que le permita desarrollar estas capacidades.
Este trastorno se refiere a desafíos en cuanto a cómo el cerebro entiende el habla. Los sonidos pueden ser fuertes y claros, pero las personas con el trastorno del procesamiento auditivo no perciben las diferencias sutiles entre ellos.
Por ejemplo, puede que no reconozcan la diferencia entre gato, pato y plato. Las palabras siete y diecisiete les puede sonar igual. También las palabras podrían mezclarse, por lo que la pregunta “¿en qué se parecen la silla y el sofá?” puede sonar como “¿en qué se mecen la niña y el papá?”.